Durante la segunda mitad del siglo XX, la diseñadora Mary Quant logró un cambio en la industria de la moda con sus prendas innovadoras.

En la década de los años ‘60 una serie de procesos sociales, políticos y culturales lograron un cambio en la conservadora sociedad de aquel momento. Las mujeres se liberaron de las ataduras, transgrediendo y desafiando los convencionalismos de la época.
Una de las herramientas de la revolución feminista fue la moda, que acompañó a las mujeres incorporando prendas que marcaron un antes y después en la industria, entre ellas la minifalda, una pieza que los diseñadores no se cansan de revivir.
Minifaldas Minifaldas
Durante la segunda mitad del siglo XX, la falda sufrió numerosas transformaciones y, con el pasar de los años, su largo se acortó de manera progresiva, llegando a un largo por encima de la rodilla.
La máxima liberación de las mujeres se desataba junto a una rebelión cultural de la mano de bandas musicales, como The Rolling Stones y The Beatles, que bajo su ideal lideraban y reflejaban las demandas de una nueva generación.
En 1964, la diseñadora Mary Quant abre las puertas de su boutique en Londres y comienza a vender sus prendas, entre ellas la primera minifalda. Las revolucionarias polleras se revelaron como una prenda cómoda, versátil y juvenil, que quedaba bien en todo tipo de cuerpo y rompía con los estereotipos de la época.
Mary Quant Mary Quant
El estilo de Mary cada vez era más popular, llegando a las grandes pasarelas francesas de Emanuel Ungaro, Pierre Cardin y André Courréges. El enorme cambio en la moda, se vio proyectado en las salas de cine y en los programas de televisión, que vestían a las estrellas con minifaldas acompañadas de botas largas.
El atrevido y provocador estilo tomó aún más reconocimiento luego de que figuras como la modelo Twiggy y la actriz Brigitte Bardot tomaran la micro pollera como una prenda que no podía faltar en su look diario.
Brigitte Bardot Brigitte Bardot
Hoy en día, la minifalda sigue siendo objeto de deseo para nuestro armario. Su papel de revelación otorga un aire liberador y un sentido de empoderamiento a las mujeres.